Mi reseña:

"Durante años mi vida fue un videojuego. Se trataba de apenas algunos momentos en los que la realidad se desvanecía para hacer lugar a un mundo mágico. Me convertía en un personaje animado que debía ir sorteando diferentes obstáculos, en el que las consecuencias de no hacerlo eran vagas, o al menos, acomodaticias. Acabo de perder una vida, me decía a veces, pero de inmediato lograba inventar alguna excusa para compensarla."
_______________________
Yair Saporitti creció en un barrio de la Capital Federal y es atravesado por los 90s y todo lo que el menemismo dejó y se llevó, y el estallido del 2001. En este escenario, Yair abandona la universidad, su novia lo deja porque coge raro, y su mejor amigo Viento elige Barcelona como destino para un nuevo comienzo. Un gran contexto de abandono es el perfecto para darle vida a Wonderboy.
Wonderboy, el héroe del videojuego, atravesará el detector de metales, "el portal mágico a una nueva vida", y saltará al vacío de una aventura desconocida. "En los videojuegos no hay alrededor, es accesorio", el peligro toma otro lugar, "existe una combinación de movimientos y botones que libera un superpoder que aniquila a todos los malos en pantalla". La entrada a Barcelona se abre de un momento a otro. Sin embargo, Saporitti sigue latente, escondido; un interruptor es capaz de desactivarlo y darle lugar al héroe. ¿Qué hace falta para que muera finalmente Saporitti, para que muera el superyó, y para que Wonderboy tome forma y decida un rumbo? Una carta que dice, "seguime".
Wonderboy es la historia de un joven que atraviesa el desconcierto del comienzo de la adultez, que frente a una vida disconforme opta vivir en la piel de su alter ego. Pero la vida no es un videojuego, nos pongamos la piel o el disfraz que queramos. Escapar no es escapatoria. ¿Qué transformación elegirá nuestro héroe?
Pónganse los lentes de realidad virtual y salten a la aventura de Wonderboy, una prosa rápida y ágil, y aventuras inesperadas los esperan.

Editorial: Alto Pogo