Mi reseña:

"Se terminó todo, esta vez de verdad."
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Sentí un apego particular con este libro; como dice Ernaux al final, “no es una biografía, ni una novela, naturalmente, quizá algo entre la literatura, la sociología y la historia”. Pero desde ya que no es el género, ni la trama en sí tampoco, lo que me hizo sentir una particular afición. Fue, y es, el sentimiento compartido de querer contar la historia de una madre que ya no está más. Cuando mi mamá se fue, tuve el deseo de escribir algo, lo que fuera, basado en su historia. Era como si hacerlo fuese a ayudarme a dejar su vida palpable. No lo hice nunca; miro siempre la idea de reojo. No me animé. Annie Ernaux es Annie Ernaux, para empezar. Ella sí lo hizo y con su pluma.

Esta introducción está muy alejada de una intención mía de compararme con Ernaux desde la escritura y la literatura, pero sí desde la experiencia personal. Su madre murió un 7 de abril, cerca de las 10 de la mañana, luego de un deterioro general por una demencia senil. En “Una Mujer”, Ernaux nos cuenta la historia de una mujer que creció en el campo, en un contexto de pobreza; que enfocó su juventud en tratar de escapar un destino probable; que sobrevivió la guerra y que, con todo eso y más que nada, fue su mamá. Mi mamá tuvo otra vida y otra muerte. Sin embargo, la sensación de abismo que genera el <<nunca más>> es siempre compartida.

"Nunca más estará en ninguna parte en este mundo." En el abismo de un duelo, escribir la historia de una madre que se va es, para Ernaux y quizás lo sería para mí también, una suerte de aceptación de quién fue esa mujer y así dejar de idealizar o demonizar, y contextualizar, comprender y aceptar. Excelente.

Editorial: Cabaret Voltaire