Mi reseña:

« La niña cebolla que huele mal quiere que un pájaro —una soledad— se la trague y a la mañana siguiente la suelte en otro lado, lejos, donde esté Papá, que lleva más de tres días por fuera. Junto a la cama, se agacha y se hace bolita, suda, se da golpes en las piernas, se pellizca las manos y la barriga: si es que ha causado daño, si Papá se va por su culpa, entonces merece un castigo. Cuando mengua la fuerza, se soba contra las paredes como un gato. Los moretones y arañazos nadie los nota».
__________________________
Si leíste la novela Esta herida llena de peces y te conmovió profundamente como a mí, leé Maldeniña, la segunda novela de Lorena Salazar Masso. Si no la leíste, te invito a que lo hagas. Ambos libros te atraviesan y te marcan.

El narrador sigue a Isa, una niña que vive en el hotel de su padre, un hotel venido a menos, donde los empleados venden objetos y adornos para pagarse el sueldo, en un pueblo pobre y vacío, un pueblo que la memoria descarta.

Isa no tiene un cuarto propio, duerme en la cama con su papá. Pero papá es «un Papá de paso»; no le importa si Isa va a la escuela, si se viste, si se baña o si pasa días sin comer. Papá cada vez se va más tiempo, cada vez la deja más sola; «ni la mira. Ignora a Isa, a esa hija suya».

Isa, entonces, pasa su tiempo con los empleados del hotel, con el cantinero vecino, con su tía José, y se pregunta dónde estará su papá, por dónde estará caminando, si pensará en ella, si vendrá hoy. Quizás, si hace paro como los camioneros, papá vuelva.

«Maldeniña» es una novela que aborda el abandono infantil con poesía, con una prosa bella y cuidada que no te permite soltarla. Porque sí, esta es una de esas historias tristes, profundamente conmovedoras y hermosas por igual.

Editorial: Concreto