Mi reseña:

Como buen padre, Don Isidro, campesino trabajador de toda la vida, desea lo mejor para su hijo Wilmer; no quiere que pase el hambre que él tuvo que pasar y que pueda en el futuro tener un mejor trabajo. Entonces, le hace una promesa: cuando cumpliera dieciocho años, lo enviaría a la capital a estudiar en la universidad. Pero la promesa no es solo una buena educación. Wilmer tendría todo, todo lo que quisiera y más.
Y es entonces cuando la abundancia que un padre le da un hijo, esa que nace del amor inmenso, quizás por descuido, quizás por la ceguera del amor, da lugar a la arrogancia y al narcisismo y Wilmer se transforma en un hombre engreído y egoísta. Es así que la llegada de una mujer con sus tres hijas al pueblo completa el rompecabezas y Vanina, Vania y Vana serán las víctimas de una promesa bienintencionada devenida en orgullo.

La Promesa es una novela breve, o relato largo, y también una suerte de fábula que narra la historia de destinos que se cruzan en el camino y que siguen de largo no sin antes dejar una huella profunda a su paso. Es la historia de la esperanza de un padre, esa que nunca muere; la de un pueblo y el lugar que tienen las mujeres; del amor por la familia y del deseo de un futuro mejor. Con una prosa fresca y liviana, y con un uso hermoso de recursos literarios para crear imágenes vívidas y bellísimas, Angélica Puerto Tello nos da la oportunidad de escuchar la voz de un pueblo y la luz para hacerlo con claridad.