«Era 1989 y no había futuro».
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Una adolescente de 15 años vive con sus padres en un departamento de dos ambientes en un edificio tipo monoblock. Es la Argentina de 1989: hiperinflación, deuda externa, desempleo, cortes de luz programados para ahorrar energía que se extienden cada vez más, Europa (o casi cualquier lado) es destino deseado para migrar. Y la catedral del barrio, simbólica de un país en caída libre, todavía de pie sobre cimientos demasiado blandos, siempre a punto de colapsar y derrumbarse.

En este contexto pasa su verano la narradora junto a su amiga que vive en el mismo edificio; un verano prácticamente a oscuras a la espera del derrumbe final. Nada interesante parece suceder hasta que ocurre un asesinato algunos pisos más arriba en el edificio.

«Este verano a oscuras» es un cuento que retrata una época que siempre parece amenazar con volver. Mariana Enriquez es principalmente conocida por escribir textos de terror y este es uno, pero sin fantasmas: el terror de un país recién salido del gobierno militar, sumergido en una inestabilidad que parece no tener salida. 

Editorial: Páginas de espuma