Mi reseña:

"Sé muy poco o casi nada sobre la muerte. La muerte es otro tipo de ausencia. Desaparecer es parecido, pero la muerte, creo, deja una herida grande (enorme), de golpe, que cierra poco a poco; y la desaparición - al contrario - hace una herida chiquita, dudosa, que se abre un poco más cada día."
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Verónica se considera una coleccionista de inicios. Los finales, sin embargo, siempre son inesperados, imprevistos. Al comienzo de la novela, su pareja decide romper la relación, y ella, una vez más, es completamente ajena a cómo se llegó a ese fin. Esta separación la llevará nuevamente al principio, al inicio: al departamento donde creció, el "búnker", del que su madre, argentina exiliada en México durante la dictadura militar argentina, fue desapareciendo de a poco. A ese espacio que "quedó suspendid(o) en el tiempo". La nueva ruptura la lleva, entonces, a la narradora a reflexionar sobre el espacio, el tiempo y la historia; su propia historia, una llena de espacios vacíos, de agujeros dentro de otros agujeros. Paralelamente, comenzará a trabajar ordenando "un archivo y las pertenencias de una escritora" también exiliada de la dictadura argentina.
Para intentar comprender y volcar en papel lo complejo de la realidad, la narradora combina una narración no cronológica con diagramas de Venn, y desde la lógica nos invita a reflexionar sobre las intersecciones del ser y el no ser en conjunto con las de los personajes. "Conjunto vacío" es una historia de la búsqueda de respuestas, de reconstruir una historia personal y familiar para poder comprender quién es y cómo llegó a estar donde está.
"La soledad (...) es una especie de conjunto vacío que se instala en el cuerpo, en el habla, y nos vuelve ininteligibles."

Editorial: Sigilo